jueves, 25 de septiembre de 2008



Es evidente que la medicina ha sufrido una gran mejoría en el último siglo gracias a la implementación y modernización de la tecnología, ya sea maquinaria pesada, tales como un respirador artificial; o refinada, como los chips y la endoscopia. Esta modernización ha posibilitado que hoy en día se puedan realizar todo tipo de intervenciones quirúrgicas con el menor grado de invasión y molestia de parte del paciente; así como también las ha facilitado, reduciendo los riesgos.
No cabe duda de que la calidad de vida ha progresado mucho a causa de la tecnología médica, no solo desde el punto de vista físico (el nivel de mortalidad, y mortalidad infantil ha disminuido marcadamente).
Ha dado fin a numerosas enfermedades fatales, ha llevado esperanza a millones de personas en todo el mundo con necesidades urgentes, como el transplante de un órgano. Personas que hace cincuenta años no tenían arma alguna contra enfermedades como el cáncer de mama, ahora pueden combatirlo abiertamente y poseen grandes probabilidades de triunfar. Posiblemente, en un futuro no tan lejano, la tecnología permita el descubrimiento de nuevos tratamientos contra enfermedades que en la actualidad son prácticamente incombatibles.

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